miércoles, 17 de julio de 2013

Variables ocultas

El dibujo de la portada del blog, esa especie de piano, lo hice yo. Una noche a las tantas de la mañana en mi pequeña habitación de Madrid, decidí sacar una pluma y un tintero que tenía sin abrir, e intentar ver cómo se usaba esa cosa. Decidí hacer un piano, porque me encantan. Y decidí hacerlo bien. Unas teclas perfectas, para que no se supiera que estaba hecho con pluma, y la gente dijera: ¿Y ese dibujo, Gabo? y yo respondiera: Ah, sí, lo hice yo con pluma. —¿En serio? ¡Pero si dibujas como si un perro tuviera tinta en el hocico y la hoja oliera bien! —Pues sí, en serio. —Oh, ah.

Total, que me puse a hacerlo. Para el que no lo sepa, mi habilidad para dibujar es más o menos la de un pingüino borracho hiperactivo con las patas manchadas de tinta. Inevitablemente, a la cuarta o quinta tecla me confundí. La lie muchísimo. Era un error absolutamente imposible de disimular. Así que pensé: a tomar por saco, fuera esto. Y lo emborroné con la mano, pinté más rayas y lo manché entero. Fui a lavarme las manos, y al volver miré el papel. Recuerdo haber pensado: "está tan mal que nadie se creería que ha sido sin querer. Parece que lo has hecho mal adrede." Abracé ese nuevo punto de vista: de pronto la indecente chapuza pasó a ser "la representación del fracaso de la percepción humana en un presente subjetivo donde las cosas son recuerdos de las cosas".

Y lo subí al blog, porque yo siempre he sido un poco así, una chapuza con patas que parece que lo hace todo adrede.